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Uranio en Irán
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Los líderes israelíes analizarán los informes de daños en los próximos días y decidirán si prosiguen con los ataques
Los ataques aéreos de Israel dañaron el programa nuclear de Irán, pero probablemente no lograron eliminarlo, dijeron los expertos, lo que plantea al Primer Ministro Benjamin Netanyahu y a Estados Unidos un dilema sobre qué hacer a continuación.
La magnitud de la destrucción causada por el continuo bombardeo de misiles apenas comienza a esclarecerse. El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica, Rafael Mariano Grossi, declaró el viernes ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que, si bien Israel destruyó las instalaciones de superficie en el principal complejo de combustible nuclear de Irán en Natanz, aún no había violado las principales salas subterráneas donde se lleva a cabo el enriquecimiento de uranio.
Natanz es una parte fundamental del programa atómico de Irán, pero los resultados de los ataques en otros sitios, en Isfahán y Fordow, pesarán mucho en los próximos movimientos de Israel.
El riesgo para Netanyahu es que la prolongación de la campaña militar podría llevar las actividades nucleares de la República Islámica a una mayor clandestinidad, lo que impediría el acceso a los inspectores respaldados por la ONU y podría endurecer la determinación de Teherán. Irán respondió a los ataques atacando ciudades israelíes con cientos de misiles balísticos y drones desde la noche del viernes.
El desmantelamiento exitoso de la planta de Isfahán sería importante porque es el único sitio de Irán donde se convierte uranio en materia prima utilizada por las centrifugadoras, que a su vez separan los isótopos de uranio necesarios para la energía nuclear o las bombas.
Sin capacidad para convertir nuevos volúmenes de uranio crudo, la capacidad de Irán para producir cantidades adicionales de producto enriquecido quedaría congelada. Si bien Irán cuenta con amplias reservas de material existente, su capacidad para aumentar la producción sería limitada.
“Si se interrumpe esa parte del diagrama de flujo, el ciclo del combustible deja de funcionar”, dijo Robert Kelley, ingeniero nuclear estadounidense que dirigió las inspecciones del Oiea en Irak y Libia. “La fase inicial de su programa se desmorona”.
Los líderes israelíes analizarán los informes de daños en los próximos días y decidirán si prosiguen con los ataques. La campaña, un cumplimiento largamente prometido de la promesa de Netanyahu de atacar el programa nuclear, también causó la muerte de nueve científicos destacados cuya experiencia fue crucial para las ambiciones nucleares de Irán.
La medida ha puesto en duda el futuro de las conversaciones entre Estados Unidos e Irán sobre una solución diplomática para limitar las actividades atómicas de Teherán a cambio de un alivio de las sanciones. Una sexta ronda de negociaciones estaba prevista para el domingo, pero no está claro si se llevará a cabo.
“Obviamente, aún no hay una evaluación completa”, declaró Suzanne Maloney, vicepresidenta de Brookings Institution, con sede en Washington . Pero la combinación de ataques y la muerte de personal clave de seguridad y nuclear “va a dificultar enormemente que Irán reconstruya el programa al nivel en que se encontraba antes de estos ataques”, añadió.
Los expertos afirmaron que los ataques aéreos dificultarán la vigilancia de las actividades atómicas de Irán, dado que los inspectores respaldados por la ONU probablemente no tendrán acceso a los sitios durante mucho tiempo. Además, es improbable que el ataque ponga fin al programa nuclear de Teherán, incluso si se ralentiza el progreso, según Kelsey Davenport, directora de política de no proliferación de la Asociación para el Control de Armas.
“Existe un riesgo real de que Irán desvíe uranio enriquecido a niveles cercanos al grado armamentístico a un lugar encubierto, o que debido al daño, el Oiea no pueda dar cuenta de todos los materiales nucleares de Irán”, dijo Davenport.
Los 400 kilogramos (880 libras) de uranio altamente enriquecido de Irán podrían caber en tres o cuatro cilindros fácilmente ocultables, según Robert Kelley, ingeniero de armas nucleares. Ha aumentado la preocupación de que Irán pueda utilizar el material como materia prima para un arma si cumple sus amenazas de retirarse del Tratado de No Proliferación Nuclear (una iniciativa global para prevenir la proliferación de armas nucleares) y expulsar a los inspectores.
Otro problema es el sitio de enriquecimiento de Fordow, que está enterrado bajo una montaña y se considera vulnerable sólo al tipo de enormes bombas antibúnkeres que sólo Estados Unidos tiene en su arsenal. "Israel no puede destruir Fordow sin la ayuda militar de Estados Unidos", dijo Davenport.
Esto nos lleva a la pregunta de si la administración del presidente estadounidense Donald Trump se sumaría a la batalla para desmantelar ese sitio. Sería una decisión difícil para el líder estadounidense, quien en su campaña se basó en la idea de ser un presidente pacífico y ha declarado repetidamente su favor de una solución diplomática al problema nuclear de Irán.
“A diferencia de Israel, Estados Unidos tiene bases cerca de Irán y podría llevar a cabo ataques más devastadores contra instalaciones nucleares, además de debilitar gravemente las defensas aéreas iraníes”, declaró el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en una nota. “Aunque la administración Trump podría no querer atacar a Irán, podría considerar que hacerlo es mejor que permitir que Irán reconstruya su programa nuclear”.
Era un enigma que incluso funcionarios israelíes reconocieron que no podía resolverse mediante bombardeos. El asesor de Seguridad Nacional, Tzachi Hanegbi, lo reconoció el viernes, afirmando que era «imposible destruir el programa nuclear solo con la fuerza». "El objetivo es hacer entender a los iraníes que tendrán que detener el programa nuclear", dijo Hanegbi al Canal 12.
La funcionaria aseguró que su predecesora está haciendo esfuerzos por recuperar el cargo en un intento en contra de la norma
La tarifa fue anunciada a principios de este mes como parte de los esfuerzos para reforzar la supervisión en medio de un aumento de la minería ilegal
