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Musk pasó de ser el más amado al más odiado por el hombre más poderoso: Trump
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El choque entre el hombre más rico y el presidente más poderoso del mundo afectará los negocios del magnate; Tesla y Spacex tendrán pérdidas importantes
El jueves de la semana pasada, el presidente Donald Trump y Elon Musk desataron una guerra en redes sociales luego que el empresario criticó el proyecto de reforma fiscal planteado por el presidente ante el Congreso de EE.UU., especialmente porque no es beneficioso para las finanzas de las empresas del magnate.
Hasta su liderazgo en el Departamento de Eficiencia Gubernamental, Doge, el CEO de Tesla parecía ser la mano derecha del presidente Trump y el más amado. No es un hecho menor, pues el hombre más rico del mundo parecía ser el principal aliado del sujeto más poderoso.
Sin embargo, la relación se salió de control, más aún cuando Musk acusó a Trump de estar involucrado en el caso de Jeffrey Epstein. Agregó que los aranceles promovidos por la administración causarían una recesión en el segundo semestre del año.
El problema es que los expertos consideran que, si bien la fortuna del multimillonario (US$335.000 millones) supera por mucho a la de Trump (US$5.500 millones), el empresario tiene mucho más que perder en medio de la disputa.
Tan solo el día de los intercambios de los tuits se pudo ver la afectación que generaron las palabras de Musk: perdió US$34.000 millones de su fortuna. La empresa más importante del millonario fue también afectada, pues borró un récord de US$153.000 millones de valor de mercado.
El dueño de X apeló en redes al ataque personal, pero el daño que puede hacer el dirigente estadounidense puede ser mayor. La administración de EE.UU. amenazó con recortar los fondos del gobierno para las empresas de Musk y pone en juego hasta US$22.000 millones en contratos solo en SpaceX, una de las compañías del magnate. Alejandro Espitia, docente de macroeconomía de la Universidad Javeriana, explicó que, salvo Tesla, sus empresas no cotizan en la Bolsa.
“A él no le gusta mucho la regulación que eso implica. Le gusta moverse con más libertad. Lo importante es saber qué tanto dependen sus negocios del gobierno. Es difícil saberlo, pero una pelea de este tipo tiene mucha influencia en los negocios; no se trata solo de contratos, sino en materia regulatoria y medidas que se puedan tomar”, aseguró el experto. Los analistas creen que el empresario debe ceder, pues ya alejó a los demócratas de Tesla y ahora se está centrando en repeler a los republicanos pro-Trump.
La relación entre ambos no ha sido fácil, pese a que la cercanía de Musk a la Casa Blanca tras la elección de Trump muestre una imagen de unidad y cohesión ideológica. Han tenido numerosos altibajos.
Sus primeros contactos registrados por la opinión pública datan de 2016, cuando Musk se mostraba todavía reacio a la elección de Trump para dirigir por primera vez Estados Unidos. En noviembre de ese año declaró públicamente que no era apto para ocupar el cargo más importante de EE.UU.
A pesar de la crítica frontal contra su idoneidad política, el presidente lo nombró como asesor económico del Gobierno, junto al ex CEO de Uber, Travis Kalanick. Su estadía no duró mucho: a inicios de 2017 renunció al cargo luego de que Trump se retiró del Acuerdo Climático de París. “Me voy de los consejos presidenciales. El cambio climático es real. Salir de París no es bueno ni para EE.UU. ni para el mundo”, dijo en X, que en ese momento se llamaba Twitter y no era de su propiedad.
“Una pelea de este tipo implica un golpe para las empresas y el gobierno de EE.UU. tiene mucha influencia en los negocios de Musk, en materia de contratos y reglas”.
“Es una situación de incertidumbre para todos los inversionistas, porque lo último que quieren es que Trump pase de ser un gran defensor de Musk y Tesla, a un enemigo” .
La relación se estancó durante cinco años y fue Trump quien la revivió al describir al empresario como uno de los “grandes genios” en enero de 2022. Halagó su inteligencia y aseguró que se le da bien la construcción de cohetes. Para julio de ese año ya había cambiado de postura y lo llamó “un artista del engaño”. “Elon no va a comprar Twitter”, dijo en ese entonces.
“No lo odio, pero es hora de que Trump cuelgue el sombrero y navegue hacia el ocaso”, respondió el millonario a los comentarios del presidente. Es importante recordar que el millonario, en efecto, sí compró Twitter en octubre de 2022 . La relación dio otro giro cuando Musk, al adquirir la plataforma, revirtió la prohibición que se mantenía sobre la cuenta del presidente en la red social.
Dos años después, en marzo de 2024, el CEO de Tesla mostró más cercanía con el mandatario, pero en ese momento se mostraba neutro a apoyar a cualquiera de los dos partidos a portas de las elecciones presidenciales. Todo cambio en julio, cuando el intento de asesinato de Trump en Pensilvania hizo que Musk respaldase la campaña del mandatario.
Los meses siguientes fueron de mucha cercanía. En agosto se habló de la creación de Doge; para octubre, el empresario apareció públicamente con Trump; vestía una gorra que tenía la inscripción “Make America Great Again”. Musk se reunió con el presidente y otros adeptos de su gobierno en el resort Mar-a-Lago para ver el resultado de las votaciones presidenciales.
Con la victoria del partido republicano y su candidato, Musk fue anunciado como la cabeza del Doge, el cual buscó un recorte gubernamental y agilizar la burocracia en EE.UU. Trump asistió ese mismo mes a Texas para presenciar el lanzamiento de una nave de SpaceX. Finalmente llegó 2025, año en el que el magnate llegó al Doge y cargo que, según Musk, ahorró US$175.000 millones al Gobierno. Hubo drásticas reducciones de personal, con despidos de más de 100.000 personas. Su popularidad empezó a bajar en los meses siguientes.
Salió de ese departamento el 30 de abril. “Un honor trabajar con su increíble gabinete”, aseguró. En mayo, el mandatario lo recibió en la Casa Blanca para conmemorar su salida en un despido cordial frente a la prensa. Aunque la relación había quedado en un tono pacífico, bastó una crítica de Musk a el proyecto de ley fiscal llamado “Gran y Hermoso Proyecto de Ley” para que desatara la guerra de mensajes.
Cuando Donald Trump llegó a la presidencia de Estados Unidos, los inversionistas de Tesla consideraron que la empresa sería una de las grandes ganadoras con sus políticas. Sin embargo, el fuego cruzado entre él y Musk no solo representa una pérdida de valor de la compañía, sino unos costos adicionales por el proyecto de ley e impuestos lanzado por el mandatario. La aprobación de este proyecto eliminaría hasta US$7.500 de un crédito fiscal para los compradores de algunos modelos de Tesla, así como otros vehículos.
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